martes, 26 de agosto de 2014

Teatro: LAS COSAS QUE FALTAN

Es una obra inspirada en una historia real. Está escrita y dirigida por José Pascual Abellán e interpretada magistralmente por Paco Blázquez, Ana Casas y Denís Gómez.

Cuando fui a verla ya sabía la temática de la obra. Sin embargo, recomiendo ir sin saber NADA. Absolutamente NADA (bueno, aparte de lo que yo cuento aquí, antes del vídeo). Si te enteras de qué va, no pasa nada. Pero si no lo sabes, la obra posiblemente te añadirá algún sentimiento más durante los primeros minutos (incertidumbre, curiosidad, cierta confusión).

Y es que esta obra es básicamente una explosión de sentimientos y emociones de principio a fin. Frustración, alegría, ira, sorpresa, ilusión, amor, empatía, desesperación, duda, miedo...

Al ir a verla, hay que tener en cuenta que se trata de una obra dramática, a pesar de que durante la obra hay un par de momentos que te hacen reír. A mí me saltaron las lágrimas un par de veces a lo largo de la obra. Y al final de la obra la emoción se hizo conmigo...

Como dice el título, a todos los personajes les falta algo, y a lo largo de la obra van mostrando su interior y van surgiendo esas necesidades no satisfechas. Y surgen de una forma hiriente, con sufrimiento, con dolor. Casi como un complicado parto.



Hay un tema central, pero la obra va un poco más allá, lanzando también otros temas de reflexión como la vida en pareja (homosexual), los objetivos que uno se pone en la vida, las decisiones, los compromisos, las motivaciones.

En escena hay tres personajes, Martín, Jaime y Laura. Los tres actores hacen una interpretación exquisita, consiguiendo que las emociones les salgan por todos los poros y lleguen al espectador sin filtros. A pesar de que en un primer momento parece que Martín es el principal personaje, en realidad es Jaime quien lleva el hilo de la obra. El actor logra expresar perfectamente las explosiones de sentimientos (tanto positivas como negativas) minuto a minuto. Sin menospreciar en absoluto el excelente trabajo de los otros dos actores, creo que el papel de Paco Blázquez le permite desarrollar una interpretación más intensa, que sabe llevar muy bien a su destino.

Aunque en algunos momentos, pocos, el guión me parece un poco forzado, algo exagerado, llevado demasiado al extremo, los tres actores te llevan a su campo, te hacen sentir lo que los personajes sienten, te hacen, en definitiva sentir e incluso empatizar con cada uno de ellos.

La puesta en escena, ayudada por la iluminación y la delicada música, tiene varios momentos muy emotivos, ayudados evidentemente por la interpretación.

Y ver la obra en un pequeño teatro como el Versus de Barcelona, donde tienes a los actores a pocos metros, sin duda realza todo el valor de la obra. Ves las caras de sufrimiento, la tensión en las manos, los ojos rojos tras las lágrimas... 

En definitiva, si no te importa que remuevan tus sentimientos en una obra donde se te hace pensar y quieres ver una excelente actuación, sin duda te recomiendo "Las cosas que faltan".

ATENCIÓN: lo que escribo después del vídeo desvela la temática de la obra. Yo recomiendo no leerlo antes de haber visto la obra.



El tema que llena la obra es la paternidad de una pareja homosexual, que hasta cierto punto se puede extender a su correspondiente heterosexual. Aunque el resorte del argumento se crea a partir de lo que lleva a esa pareja a recurrir a un vientre de alquiler (gestación subrogada), se trata también la cuestión de la paternidad en sí: qué significa ser padre, qué implica, qué se necesita para serlo.

La obra te permite reflexionar sobre esos temas, y como comentaba más arriba, es un tema que se extiende a otros temas: la toma de decisiones y las dudas que nos asaltan para tomarlas, la vida en pareja y lo que significa una relación estable, la maternidad y la paternidad, los procesos posibles legales o no legales para tener un hijo, lo que nos falta para sentirnos completos, cómo nos enfrentamos a esa carencia y cómo actuamos, la pérdida de un ser querido o la posibilidad de perderlo...

Si bien se lleva la situación a un extremo, eso ayuda a remover los sentimientos y los pensamientos del espectador, y dejarnos algo tras salir de la sala del teatro. Gracias.

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