domingo, 12 de marzo de 2017

TEATRO: DIRTY DANCING

Genial. Todo un ESPECTÁCULO (sí, en mayúsculas).

Aunque se suele clasificar como un musical, en realidad es muy poco musical. Hay mucha música, pero es más teatro que musical. De hecho, los protagonistas no cantan (como sucede en la peli), se centran en actuar (justillo, no es el punto fuerte...) y en bailar (mucho y muy bien).

Por supuesto, es una versión teatral de la conocida película "Dirty Dancing" con Jennifer Grey como Frances "Baby" Houseman y Patrick Swayze como Johnny Castle.

Una película estrenada en 1988 en España, una historia que trata temas totalmente vigentes: las diferencias sociales, el aborto, el ser uno mismo, la honestidad, los prejuicios, la liberación de la mujer (aún actual), la integridad, la justicia... y, cómo no, el amor.


En este caso los protagonistas están interpretados por Amanda Digón y Christian Sánchez. En ambos casos desarrollan unos personajes ya muy conocidos, lo que no es nada fácil. Y los dos consiguen que identifiques a los actores de la película original, tanto por el aspecto (el peinado y la ropa ayudan mucho, claro) como por los movimientos y la actitud. Además de bailar fantásticamente.


Una "pega" es que los diálogos eran un pelín acelerados. Algunas pausas y un poco menos de velocidad habría dado más naturalidad a los diálogos.

La actuación, en general, es flojilla, ya que recitaban más que interpretar. La velocidad tampoco ayudaba...

La escenografía y puesta en escena, estupenda. Un trabajo de producción muy bueno. Con unos cambios de "escenario" muy currados. A destacar la escena en el lago, que está muy muy conseguida, realizada de una forma muy original y realista. Y un final apoteósico, que te levanta del asiento.

Viendo esta obra, revives paso a paso la película, con sus sentimientos, personajes, emociones, diálogos. Quizás incluso más intensamente por la realidad y presencia de la actuación en teatro.

Hay algunos puntos clave, de esos a los que todo el mundo reacciona o incluso espera. Uno de ellos es la escena en el lago que, como ya he comentado, es de uau, excepcional. OJO - en el resto del párrafo desvelo algo que quizás mejor que no leas para que sea más sorpresa. Además, está el momento en el que el buenorro de Johnny Castle/Christian Sánchez enseña el culo (como hace Patrick Swayze en la peli, pero recreándose un poco para disfrute de los asistentes). También está el momento en el que Johnny entra por el pasillo de platea hacia el escenario. El momento final de la actuación de Johnny y "Baby" con "(I've Had) The Time of My Life". Y, por supuesto, el momento del famoso salto del ángel, tan esperado y emocionante.

Además, muy acertadamente se introduce el contacto con el público, explicito implícito. Y el implícito a veces incluso te hace sentir que estás en el hotel Kellerman's, sentado en una mesa entre los demás personajes.
 

Divertido, espectacular, emocionante, para pasar un muy buen rato disfrutando de actuación, escenografía, música y baile, que ponen sobre la mesa ciertos valores. ¿Qué más se puede pedir?